Distinción "Buena Práctica en Participación Ciudadana" 2023
17 Edición
Maltepe, Estambul: Proyecto de acceso de las mujeres al transporte público (TOPUK)
Dado que la planificación urbana requiere demasiados conocimientos técnicos, aprovechar los métodos participativos en la planificación urbana es relativamente difícil; en este sentido, TOPUK es casi un ejemplo sin precedentes de esta experiencia. Las metodologías aplicadas a lo largo del proyecto pueden arrojar luz sobre otros intentos de planificación urbana.
Este proyecto se centra en mejorar las movilidades de género y promover paisajes urbanos más inclusivos que atiendan a las necesidades de las mujeres como parte de la sociedad en general. Aunque el objetivo principal del estudio es mejorar el acceso al transporte público, la idea subyacente de que nuestras experiencias de movilidad son holísticas y deben tratarse como tales ha dado lugar a ideas de diseño relativas al ocio, la socialización, la seguridad general y la comodidad en la experimentación callejera.
En el proyecto TOPUK, estos objetivos se llevaron a cabo mediante una metodología y un proceso de proyecto claros, empleados por una asociación equilibrada de múltiples partes interesadas. Los procesos participativos de planificación y diseño también son esenciales para alcanzar estos objetivos, ya que garantizan que las voces y experiencias de las mujeres se incorporen al proceso de diseño de las calles, lo que conduce a espacios públicos más inclusivos y accesibles para todos.
Las conclusiones de este proyecto revelan algunos puntos que pueden ser útiles para orientar futuros trabajos de experimentación callejera en Maltepe y en otros lugares. Entre ellos se encuentran la adopción de un enfoque más igualitario a la hora de seleccionar los grupos destinatarios de los actos participativos, el empleo de actividades de creación de equipos entre los socios del proyecto y otras partes interesadas para aumentar la eficacia del proceso de toma de decisiones, y la adopción de un enfoque más sistemático de la viabilidad de las decisiones de diseño a corto, medio y largo plazo desde el principio de la fase de planificación. De este modo, se puede garantizar aún más el éxito de los experimentos en las calles junto con un cambio sistémico en la movilidad urbana que se aleje del predominio del tráfico motorizado y estrategias que den prioridad a las necesidades de las mujeres en la planificación del transporte urbano.
Aunque la intervención del caso no fue "sólo para mujeres", los procesos participativos incorporaron con éxito las percepciones de las mujeres del barrio en el diseño y la implementación.
Una posible crítica podría ser la falta de un diseño del proceso participativo más inclusivo para las mujeres, en el que uno o más de los eventos participativos podrían haberse adaptado exclusivamente a las mujeres en lugar de al público en general. Sin embargo, tras reconocer que "las intervenciones para mejorar el acceso de unos a los servicios y comodidades de la ciudad beneficiarán probablemente a los otros", los participantes tanto de la comunidad local como de los agentes del proyecto se esforzaron por lograr un experimento callejero que incluyera a todos.
En este sentido, nos inspira el llamamiento a la "reimaginación feminista de los espacios públicos como espacios inclusivos, solidarios, cómodos, sociables y lúdicos". En relación con este punto, también cabe mencionar que, en la mayoría de los casos, dado que las mujeres constituyen la mitad de la sociedad, sus necesidades de movilidad abordan las de la sociedad en su conjunto. Por lo tanto, la integración de la perspectiva de género en los experimentos callejeros puede ser el camino a seguir para crear paisajes urbanos más inclusivos.
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